Los receptores son operadores que reciben la energía eléctrica y la
transforman en otras formas de energía. Los más empleados en corriente continua
son las lámparas de incandescencia y los motores eléctricos.
Las lámparas de incandescencia transforman la energía
eléctrica en energía radiante, por ejemplo: luz y calor. En el interior de
estas lámparas hay un filamento de volframio de gran longitud enrollado sobre
sí mismo y sostenido por medio de unos soportes. Al pasar la corriente
eléctrica a través de él, la gran resistencia del volframio produce una
temperatura tan elevada que el metal se pone incandescente y emite luz. El
enorme calor que se produce no destruye el hilo porque se ha hecho el vacío en
la ampolla de vidrio que lo contiene.
Los motores eléctricos transforman la energía eléctrica
en energía mecánica: el movimiento de rotación del eje del motor. Este tipo de
operador eléctrico es muy útil, ya que, a la salida de sus ejes, podemos
conectar diferentes operadores mecánicos capaces de realizar distintas
operaciones.
Además, si se invierten las conexiones del generador que lo alimenta, el
motor también invierte su sentido de giro.
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